Las últimas semanas hemos tenido unos días con una meteorología adversa, unos días de lluvia bastente intensos. Ello ha provocado la paralización de las obras en las infraestructuras en las que estamos llevamos el seguimiento arqueológico. Estos días, nuestra presencia no ha sido necesaria, debido a que los trabajos que se han acometido han sido para evaluar los daños y cuantificar los retrasos. Por nuestra parte, hemos aprovechado este parón para realizar otras actividades.

Nuestro equipo se ha dedicado a avanzar en los trabajos de gabinete. Estos no son otros que completar los informes, consultar bibliografía, limpiar y dibujar el material documentado durante los movimientos de tierras y realizar el inventario correspondientes. Entre todos ellos vamos a destacar la elaboración del Informe Final de la intervención, pieza clave para finalizar un seguimiento arqueológico de obra. En este documento se recopilan las actuaciones realizadas en la obra, en las que ha sido necesaria la presencia de un arqueólogo.

Este informe es indispensable y se entrega a la finalización de los trabajos. Por una parte, la administración recibe una copia, para que emita informe sobre el seguimiento. Por otra, el cliente tiene a su disposición un documento dónde se acreditan los trabajos realizados. El informe incluye además, otra serie de epígrafes. Estos corresponden al proyecto de infraestructura, su localización, la metodología arqueológica utilizada, así como una valoración por parte del arqueólogo del resutado de la intervención. En ella, se contemplan las medidas correctoras necesarias.
Como bien sabemos, nunca llueve a gusto de todos, pero cuando aparecen los días de lluvia, el mejor trabajo que puede hacer un arqueólogo es el de laboratorio.
